Guerra gay.

Posted on 9:38 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios

Alberto Martínez Pérez



Es incuestionable que vivimos en tiempos de constante cambio y evolución, lo cual ocasiona que grupos considerados “vulnerables” y minoritarios obtengan una mayor protección legal para evitar discriminación hacia ellos y mejores oportunidades para elevar su nivel de vida.

Este argumento motivó a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal a modificar su código civil y el concepto tradicional de matrimonio de enlace entre hombre y mujer, para simplemente dejarlo como la unión entre dos personas, dando la oportunidad para que personas del mismo sexo puedan celebrar dicho contrato.

Recientemente la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que dicho proceder no vulnera la Constitución Federal, bajo el argumento toral de que el legislador ordinario tiene facultades expresas para reglamentar la institución del matrimonio y que la circunstancia de incluir en dicha figura a las personas del mismo sexo no encontraba impedimento constitucional; es decir, ningún artículo de la Carta Magna prohíbe que personas del mismo sexo puedan celebrar el matrimonio.

En el mismo sentido, consideraron que las adopciones por parte de los matrimonios homosexuales no pueden considerarse inconstitucionales, es más, que determinar lo contrario si lo sería, porque no puede otorgársele el derecho de adoptar (solo) a los matrimonios heterosexuales y negarle este derecho a los de tipo homosexual, sería discriminatorio y por ende inconstitucional.

La Suprema Corte fue duramente criticada tras la resolución por parte de la Iglesia Católica, en particular por el Cardenal Juan Sandoval, quien acusó a la Corte de haber sido “maiceada” por el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard generando una guerra de declaraciones entre las partes involucradas y medios de comunicación a nivel nacional.

Sin dudas el tema seguirá dando de qué hablar durante los próximos meses y años en México; la comunidad “gay” seguirá buscando el acceso a instituciones como el Matrimonio, en donde aún no se le ha reconocido; buscará que se modifiquen los códigos civiles de las demás entidades federativas para lograr que se les otorgue el derecho a casarse sin tener que trasladarse al Distrito Federal y como medida para lograr un mayor reconocimiento de la sociedad mexicana.

Es interesante escuchar las opiniones de la ciudadanía, muchas a favor otras en contra del “matrimonio gay” y de las adopciones por parte de dichas parejas; pero coincidiendo la mayor parte en que no se oponen a que dos personas del mismo sexo vivan juntas si lo desean debido a que no les perjudica; de los que se manifiestan en contra destaca la oposición a cambiar radicalmente el concepto tradicional de “familia”, debido a que en la mentalidad y el sentir de muchos mexicanos, ésta es aquellas conformada entre hombre y mujer, y no aquella conformada entre iguales, no porque se considere a los homosexuales como seres inferiores a los heterosexuales, sino porque la mayoría de los mexicanos creció en el seno de una familia conformada de esta manera y pese a los problemas que puedan padecer (desintegración, alcoholismo o violencia) sienten que no debe cambiarse dicho esquema.

Las opiniones emitidas en el sentido expuesto han sido tachadas como retrógradas, discriminatorias y hasta homofóbicas, cuando de ninguna manera se ha atacado a la comunidad gay con dicha expresión; únicamente se ha expresado el sentir de otros mexicanos.

Sin duda es importante que se aborde el tema, pero es necesario dejar a un lado las descalificaciones de ambas partes, que ni la Iglesia Católica haga acusaciones a los políticos involucrados a menos que tenga pruebas contundentes de ello, ni tampoco los políticos y la comunidad gay se rasguen las vestiduras cada vez que se hable para estar en desacuerdo con ellos, manifestado únicamente que todos aquellos que estén en contra de sus intereses son homofóbicos.

Una sociedad que no se preocupa en velar y cuidar de la base y pilar de su estructura como lo es la familia, está condenada al caos, porque de las familias provienen los buenos y los malos ciudadanos, de allí surgieron los científicos que son orgullo nacional y los delincuentes organizados que matan y asesinan.

No se quiere aquí sugerir ni insinuar, que los niños adoptados por gays serán delincuentes, porque a la postre pudiera suceder lo opuesto y que dichos niños fueran deportistas exitosos o simplemente gente de provecho; es más, se afirma que la preferencia sexual no tiene nada que ver en los valores que los niños aprenden de los padres; pero si es importante tener sumo cuidado en las decisiones que se toman para modificar una institución tan importante como lo es la matrimonial.

A todo esto se pudo observar en la decisión de la Corte y de la Asamblea Legislativa que hizo falta analizar a profundidad el tema; que no se analizó con el rigor científico y moral que se necesitaba, sino únicamente al “calor de los descalificativos de las partes en disputa”.

Un país no puede construirse sobre la base de las disputas, es necesario llegar a acuerdos o por lo menos que las partes en conflicto se respeten; que se eviten las acusaciones innecesarias, para que las decisiones que se tomen sean mesuradas y lo más benéficas para la sociedad.

Es decir, a la sociedad mexicana sólo se le ha informado de los descalificativos y de los problemas entre los actores involucrados, pero no se informó-justificó que la decisión que iba a tomar la Asamblea Legislativa era lo mejor para la sociedad mexicana y para muestra basta un botón: Se ha dicho que existen estudios que demuestran que las adopciones gay no afectan a los menores involucrados pero ¿qué estudios han sido estos? ¿Quiénes los realizaron? ¿En dónde se pueden consultar, cuáles son los resultados? ¿Acaso un homosexual trasvesti no ocasiona ningún daño emocional a un niño por su estilo de vestir?

Es necesario elevar el nivel de debate y a la luz de la opinión pública tomarse las decisiones adecuadas para mejorar la deteriorada sociedad mexicana, que pide a gritos ayuda. . . ante tantos problemas nacionales.

De gays, electricistas y sucesiones.

Posted on 12:23 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios



La ausencia se justifica. Los temas de actualidad se abordaron en un 3 x 1, que nada tiene que ver con los "deseos" de los primeros que aquí se anuncian. Tampoco hay "corrientadas" en la animación y si un buen de humor, que no obstante -como se verá- a algunos podría quitarle el sueño. !Hasan George ha vuelto! Cuidado con las susceptibilidades.

Futuro Cercano

Posted on 9:50 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios



A muchos seguirá pareciéndoles una broma, pero éste pudiera ser en unos años más, el escenario de nuestra sociedad. Una sociedad que aseguran sus mandamases, quiere ser "modernau" por sobre todas las cosas. De nuevo, no nos quejemos luego de lo que nos pase, pues cualquier coincidencia estará lejos de ser una fantasía.

Mariguanadas de alto nivel.

Posted on 9:47 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios


Hugo Triano Gómez.





Una vez más, el riesgo está latente. Otra vez, ante la falta de “tamaños” para tomar determinaciones que en verdad hagan frente a los problemas del país, se piensa en optar por lo más fácil, por el camino corto, por lo menos recomendable, por lo irresponsable. En este caso por legalizar la producción, la distribución y el consumo de drogas.
Y es que sin más ni más, los afines a la idea están encendiendo un cerillo ante una válvula de gas abierta que significan la ignorancia y la debilidad de la identidad cultural, ahora más que siempre negadas en el Mexicano común.
Así, el recuento de los daños es claro a la distancia y de auténticos pronósticos reservados.
Muchos lo saben pero pocos lo toman verdaderamente en serio; pocos de los que deberían consideran “tan siquiera” para la toma de decisiones que la Mexicana, en su mayoría, es una sociedad enferma, deprimida, viciosa, con cada vez más carencias en el terreno material, espiritual y en el de “lo que debería ser”; con una pérdida de identidad constante y un “emocionante” pero equivocado interés de emular el modelo de la felicidad capitalista; una sociedad que paradójicamente lidia muy seguido con problemas financieros, en otras palabras, que vive en crisis.
Es a esta sociedad ¡sí! a ésta a la que se le pretende decir que use su criterio para decidir si consume o no drogas, como si los elementos ya comentados no amenazaran con nublar el buen pensar; como si además de todo, durante muchos años se hubiera procurado como política real, formar un criterio personal y general adecuado sobre los alcances y riesgos del contacto con la droga.
México no puede permitirse tocar fondo en el asunto.
Las “mayorías” de la clase política deben dar cuanto antes, muestras claras de que no han enloquecido; muestras de que la droga que quizás más de uno de los que tomarán la decisión consumió, no le afectó las neuronas en sus constantes u ocasionales encuentros con los estupefacientes.
Hacer lo contrario pondría en el filo del barranco a una sociedad -que en franca ironía- muy pronto celebrará con mariguana en mano, 200 años de independencia.
A todo esto, bien valdría la pena reflexionar sobre la independencia que sueñan y a la que obedecen los vividores de la democracia; una que se sabe, no es solo riesgosa para el orden establecido, si no que atenta contra el alma independiente de una nación y uno de sus fundadores, de aquel que desnudó sus sentimientos, buscando que solo la virtud y los vicios distinguieran a los nacidos y residentes en esta tierra.
Ahora todo parece al revés, la tónica indica que desde la “soberbia” -que no soberanía popular- de los legisladores se volverá a imponer una práctica que solo ofrece soluciones en su mundito de diplomacia y todo poder.
En un afán de falsa tolerancia, no puede decírsele que sí a una medida que traería consigo más problemas que cosas positivas.
El Estado está obligado a hacerle frente al flagelo –como hasta ahora y más lo necesario- pese a que para algunos actores el ejército no esté para ello. Seguro que aquellos los prefieren plantando arbolitos, atendiendo emergencias o instruyendo a los adultos que no saben leer ni escribir.
Legalizar pues el campo de acción del narcotráfico es darle sentido al mote de “señor” que han acuñado quienes a esto se dedican; sería no honrar a los héroes de verdad que dejaron su vida y su sangre en esta auténtica guerra.
Legalizar las drogas es borrar lo que no se ha hecho bien antes; legalizar las consecuencias de lo que no se ha podido evitar por achichigüar en demasía a un sindicato de maestros que en lugar de reformar un sistema educativo, ha hecho todo para minarlo hasta terminar corrompiéndolo. Es condenar al fracaso cualquier esperanza de recuperación de una sociedad, decíamos, enferma.
Legalizar las drogas en un país como el nuestro es no tener memoria, una marigüanada de alto nivel, pero ante todo, muestra ineludible de no tener… progenitora.

Luces del bicentenario y centenario.

Posted on 8:41 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios


Flor de Líz Pérez Morales.





-Padre, ¿Por qué lloras?

-Porque nos quitan las tierras

-¿Quiénes?

- Los amos

-¿Por qué no pelean contra ellos?

- Porque son poderosos

-Pues cuando yo sea grande haré que las devuelvan.



El diálogo que aquí se lee es un pequeño relato, que dentro de la biografía de Emiliano Zapata se establece como una tradición histórica y en esa configuración del mito se define como la premonición del niño-héroe. El texto está expuesto ahora mismo en el Museo Nacional de Historia de la ciudad de México (Castillo de Chapultepec), donde se encuentra una exposición austera dedicada a Zapata, caudillo y figura política del Centenario, cuyos ideales hicieron una lucha, pero que en los tiempos actuales pocos esbozos quedan de ellos.

A medida que se acercan las fechas de los festejos respecto al Bicentenario y Centenario, se anuncian eventos relacionados con la Independencia y la Revolución Mexicana, emergen muchas situaciones para analizar. Las instituciones, organizaciones y medios de comunicación apelan a diversos fragmentos de la historia para garantizar que están en boga con los tiempos célebres. Dentro de esta congestión de información presentada, hay situaciones que surgen para el comentario.

En tales festividades se dan eventos que van de lo más sobrio a los más suntuoso. Es en esta última categoría donde toma relieve la cantidad de recursos destinados a la ceremonia magna, mismos que se contemplan en aproximadamente 60 millones de dólares designados a la Comisión Nacional que organiza dichos festejos los cuales se han dejado en manos del australiano Ric Birch quien se acompaña de Phil Green y Adam Burke, especialistas en espectáculos masivos.

Finalmente a nadie asusta la parafernalia del evento, sino que la situación no hace sino provocar un desencanto de las cosas. Más allá de la celebración misma, el espectáculo, que ya comenzó, retrata esa idea de que desde la política no importan los contenidos, sino los títulos que alcancemos a leer. Se lleva la bandera de la marginalidad y las luchas históricas cuando desde adentro no hay nada que brinde la fe en lo esencialmente social y humano.

Seguro, como ya lo vemos, correrán las imágenes de los héroes, de aquellos que no se distingue si realmente lo fueron de los que si dieron cauce a sus ideologías sociales. Es verdad, las luces de las fiestas ya se encendieron y tienen la tarea de iluminar, tanto, que nos ciegue y no nos deje percibir el sentido real de la historia de nuestro país.

El fragmento del texto dedicado a Emiliano Zapata queda perdido y menos que analizado frente a la cantidad de figuras del espectáculo que como bien se avizoravan a engalanar la fiestas de septiembre y noviembre. Lo esencial se vuelve anónimo y se construyen imágenes de ficción que rayan en la hiperrealidad, que si bien llenan nuestro patriotismo, no permiten la reflexión sana de una historia para el presente que nos abra otros horizontes.

Si, es el desencanto de un país y sus hombres que no saben si sumarse al ofuscamiento y dejarse llevar por los brillos o ignorar todo, a tal grado que nada importe. Las luces de las fiestas patrias de este México nuestro alumbran sin la garantía de una mexicanidad que sea capaz de provocar otras rutas, de cambiar los sinsabores. Aún cuando las ideales zapatistas no se logran vislumbrar, las palabras del texto deberían servir para entender que tales ideales siguen estando. . . en el mundo de las utopías.

Migración: De aventureros a carne de cañón.

Posted on 10:44 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios


Hugo Triano Gómez




Uno se mueve de un lugar por deseo, necesidad o conveniencia; cuando no se siente bien donde está o simplemente por que las "condiciones" han complicado o podrían darle dicha condición al porvenir. En otras palabras, la migración es innata a la sobrevivencia pero también a la cultura humana.

Desde siempre, Estados Unidos ha sido una nación de migrantes. Para colonizar, conquistar, invadir y hasta robar territorios, ha echado mano de sus “sagaces aventureros”, después llamados patriotas.

En todos los casos, el migrante gringo, ha tenido un deseo, una necesidad y/o una conveniencia que satisfacer. Que si han sido justos o injustos eso forma parte de otro debate. Lo que es claro, es que han sido independientes y poco interesados en las afectaciones que han generado.

Eso podría hacer pensar que los sobrinos del tío Sam, pudieran ser partidarios del arribo -a su terreno- de más personas ajenas a su nacionalidad, pero no es así.

Mejor que nadie, ellos conocen los problemas que se generan con la inmigración ilegal: La transculturación impuesta al débil por el bando más fuerte, pasando por la salida de bienes y divisas, hasta llegar a la sedición y la promoción del caos, por mencionar algunos.

Seguirán negando por supuesto haber incurrido en dichas prácticas, para mantener su estatus de moralistas, ante los ojos de un mundo cada vez más ignorante, falto no solo de recuerdos si no de conocimientos históricos, valor y principios para hacer frente a sucesos como éste.

Por eso no a pocos sorprendió el hecho de que el Presidente afroamericano Obama, promoviera el recurso legal que a la postre redujo los alcances de la ley Arizona, la SB 1070; no obstante que el asunto deberá ir ahora a la corte de apelaciones para su resolución definitiva.

Los que se avecinan pues, son los momentos más álgidos para el caso, ya que ante todo será una discusión íntima -muy íntima- la que se dará en el equivalente a “nuestra” Suprema Corte, en la que seguro pesará la popularidad a la iniciativa Brewer de parte de los anglosajones, que siguen siendo abrumadora mayoría en su país.

Dicha condición pondrá de nuevo en la mesa, la teología nunca extinguida del destino manifiesto, cuyo principal soporte es la justificación de todos los actos del vecino del norte en la bendición suprema; de tal manera que solo ellos pueden desear, necesitar y hacer lo necesario para lograr la prosperidad, nadie más; menos a costa de ellos.

No importa que sean ellos mismos los principales impulsores de la mundialización. En efecto defienden la idea siempre que no atente contra sus intereses financieros y de fe. Por eso amén de otorgarle cualquier mote a ley Arizona, debiera endilgársele el de Racista espiritual. Solo los elegidos allá, los demás en todo el mundo.

En paralelo, Obama mostró un desconcertante y aún no del todo claro perfil, pensando ya en su posible reelección.

Por un lado es de suponerse que cuente ya con el voto hispano, factor clave en los últimos comicios en gringolandia, bajo su particular esquema electoral. Por el otro –en lo real- Obama apenas retuvo con la "apelación exitosa" un coto de poder ya ganado, a expensas de perder sumas de capitales políticos y financieros que por un instinto esclavista histórico, pudieran estar inconformes con el hecho.

Imposible sería no observar que el fenómeno de la inmigración ilegal en EU va de la mano no solo de la pobreza social si no también de la espiritual, de aquella que llama a ser lo que no se es, a desear lo del otro, la que lleva a pensar por qué el sí y yo no. Por tanto, no es este un foco rojo para los "made in USA" por aquello de la posible pérdida de territorios o la transculturación de la que ya hablamos pues no supone más que un simple interés de los inmigrantes de hacerse a la larga, ciudadanos de donde se metieron a la fuerza, no persigue jamás otro objetivo como reivindicar -por ejemplo en el caso de México- territorios y dignidad perdidas.

De notas tristes resultó por cierto, la celebración de la cancillería y del Gobierno Mexicano, tras conocer la resolución de la juez Bolton que favoreció a los inmigrantes, pues más allá de calificar el hecho como un "buen paso en el camino correcto", debería(n) mejor haber dado el suyo, pensando -como toda la vida- y actuando -como no ocurre- en el afán de procurar las condiciones para que los emigrantes trabajen acá como lo hacen allá, para que respeten a la autoridad acá como lo hacen allá; para que acá y no allá, digan querer sacar al buey mexicano de la barranca de la mediocridad, a menos claro, que el interés sea seguir siendo líderes mundiales en la exportación... de carne. . .de cañón.